No Se Quiere Parar
Son las seis de la mañana y no puedo seguir en la cama, algo que me preocupa me ha hecho despertarme. A mi cerebro le debe haber preocupado algo, pues no es habitual en mí algo así.(hasta ahora)
Debe ser porque ayer pegué mi segundo gatillazo.
Y como me acordé del primero. Hace unos 15 años. Empecé a salir con una chica que estaba de un buen ver, que cada vez que salíamos, en mi cerebro la idea de llevármela a la cama era para lo único que regía con claridad meridiana.
Yo llevaba la iniciativa como macho, él enamorarla y con todo tipo de gestos enamoradizos era lo habitual, intentando llevármela al huerto.
Cuándo conseguí en la tercera salida con ella darle un beso, hasta entonces femeninamente rechazados, fue ella la que me dijo. ¿Vamos a un hotel? ¿Eh? Mi coco empezó a “trabajar”
El caso es que ella llevaba la iniciativa, recuerdo que en el hotel con una total normalidad ella fue la que puso en la recepción su DNI.
Que manera de llevar la iniciativa, mi cabeza dándole vueltas a todo…
El caso es que cuando salió del baño se metió en la cama mientras yo estaba en el baño, cuando salí y vi el tremendo cuerpo de aquella real hembra, que hasta entonces me rechazaba, como no dando su brazo a torcer en las primeras salidas.
Ahora era ella con una claridad de ideas, la que me lo ponía tan fácil que algo no me cuadraba.
El caso es que algo en mi cerebro no me dejaba ser lo que hasta ese momento yo creía que era, un súper macho…
Y… ¡ayyy mama!
Por más que lo intenté no pude, ella me ayudó de todas las formas más seductoras y femeninas habidas y por haber. Hasta nos vestimos y salimos a respirar el aire del mar tan cercano al hotel, tras el paseo, volvimos a la carga, nueva entrada a la habitación y de nuevo a la cama. Aún fue peor no había forma de que yo funcionase. Yo empecé a trahumarme de manera que ella me dijo, tranquilo es tu cabeza la autora de todo lo que te pasa, ya verás como se te pasa.
Para terminar con aquel primer gatillazo. Tuvimos un año de relaciones y era raro el día que no hacíamos el amor una o dos veces.
Él haber contado este primer gatillazo es por lo que me pasó ayer. Y no fue más que el segundo gatillazo, este si me preocupa, son más años, pero el caso es que en las dos primeras salidas con esta chica cada vez que nos rozábamos en el coche o por la calle, me ponía enseguida como un choto, me ponía en marcha, con unas ganas locas de singar. Pero las cosas hay que hacerlas bien, hay que llegar a la cama. Y llegamos, me la llevé a un apartamento y claro todo era ya pan comido…
Ella con un cuerpo de escándalo comenzó a llevar la iniciativa y…
¡ Otra vez! ¡ Cojones! ¿Que hostías me pasa?.
Más palabras femeninas de la moza en cuestión diciéndome. ¡ Tu tranquilo, es tu coco el que no te deja funcionar, no pienses, tranquilízate!
Pero el macho que soy, o por eso me tengo, no me dejaba pensar en el ridículo que para mi ego de varón representaba en mi vida aquel segundo gatillazo.
El tener más años y con aquella beldad de mujer que se me iba a escapar sin hacer lo que me obsesionaba desde que le eché el ojo. Me dejó el día jodido, teniendo que refugiarme en los amigotes.
Al primero que vi de confianza en “petit comité” se lo conté. Y me consoló… ¡ A mí me lo vas a decir! Si tengo a una tía que está buenísima y voy a comprarme Viagra por que ni chapándomela se me empina!
No es que me consolara la historia del amigo, pero como es natural nos comprendimos mutuamente y salieron las conversaciones de los cincuentones… Claro, es que no es como antes, y nos salieron las hombradas que en otras épocas todos contamos. como cuando el tema sexo era como “coser y cantar”
Por imperativo de la edad y proceso biológico, estoy pensando en ir preparado para una nueva cita en la moza de marras en plan Pastilleytor. ¡ Por que a mí, esa no se me va a escapar!.
Y yo que pensaba que el hombre nunca es viejo pa eso… No con la intensidad de la edad del soldado, pero si con la calidad del veterano con la experiencia de saber tratar a una dama en ese acto. Estoy pensando que esa teoría de que el hombre siempre funciona es errónea.
Me rondó por la cabeza, cuando dando caña con los amigotes sobre el tema de la singadera, surge la frasecita…
¡ Tú ni con Viagra jajaja!
Razonablemente debo de empezar a ir con más preparación en sucesivas citas para ver de salir airoso en esos lances… Mi seguridad de macho hasta ahora, la voy a dejar aparcada, he ir pensando en eso que cuando lo nombran los amigotes llamado Viagra, pase a formar parte de mi equipaje.
Y por si me faltaba algo, son casi las siete de la mañana y mi gata como comprendiéndome, la tengo encima de mi hombro izquierdo ronroneando mientras escribo está mi momentánea derrota amorosa. ¡Y la muy puta me ha dejado un arañazo de cojones en el cuello al saltar caprichosamente sin avisar!
Disculpen, voy a ponerme agua oxigenada. Usteden saben lo que es eso, No quiero posponer la cita porque esa jeva se lo meto aunque me muera en el intento. Vengo ya asi es que esperen el desenlace.
Debe ser porque ayer pegué mi segundo gatillazo.
Y como me acordé del primero. Hace unos 15 años. Empecé a salir con una chica que estaba de un buen ver, que cada vez que salíamos, en mi cerebro la idea de llevármela a la cama era para lo único que regía con claridad meridiana.
Yo llevaba la iniciativa como macho, él enamorarla y con todo tipo de gestos enamoradizos era lo habitual, intentando llevármela al huerto.
Cuándo conseguí en la tercera salida con ella darle un beso, hasta entonces femeninamente rechazados, fue ella la que me dijo. ¿Vamos a un hotel? ¿Eh? Mi coco empezó a “trabajar”
El caso es que ella llevaba la iniciativa, recuerdo que en el hotel con una total normalidad ella fue la que puso en la recepción su DNI.
Que manera de llevar la iniciativa, mi cabeza dándole vueltas a todo…
El caso es que cuando salió del baño se metió en la cama mientras yo estaba en el baño, cuando salí y vi el tremendo cuerpo de aquella real hembra, que hasta entonces me rechazaba, como no dando su brazo a torcer en las primeras salidas.
Ahora era ella con una claridad de ideas, la que me lo ponía tan fácil que algo no me cuadraba.
El caso es que algo en mi cerebro no me dejaba ser lo que hasta ese momento yo creía que era, un súper macho…
Y… ¡ayyy mama!
Por más que lo intenté no pude, ella me ayudó de todas las formas más seductoras y femeninas habidas y por haber. Hasta nos vestimos y salimos a respirar el aire del mar tan cercano al hotel, tras el paseo, volvimos a la carga, nueva entrada a la habitación y de nuevo a la cama. Aún fue peor no había forma de que yo funcionase. Yo empecé a trahumarme de manera que ella me dijo, tranquilo es tu cabeza la autora de todo lo que te pasa, ya verás como se te pasa.
Para terminar con aquel primer gatillazo. Tuvimos un año de relaciones y era raro el día que no hacíamos el amor una o dos veces.
Él haber contado este primer gatillazo es por lo que me pasó ayer. Y no fue más que el segundo gatillazo, este si me preocupa, son más años, pero el caso es que en las dos primeras salidas con esta chica cada vez que nos rozábamos en el coche o por la calle, me ponía enseguida como un choto, me ponía en marcha, con unas ganas locas de singar. Pero las cosas hay que hacerlas bien, hay que llegar a la cama. Y llegamos, me la llevé a un apartamento y claro todo era ya pan comido…
Ella con un cuerpo de escándalo comenzó a llevar la iniciativa y…
¡ Otra vez! ¡ Cojones! ¿Que hostías me pasa?.
Más palabras femeninas de la moza en cuestión diciéndome. ¡ Tu tranquilo, es tu coco el que no te deja funcionar, no pienses, tranquilízate!
Pero el macho que soy, o por eso me tengo, no me dejaba pensar en el ridículo que para mi ego de varón representaba en mi vida aquel segundo gatillazo.
El tener más años y con aquella beldad de mujer que se me iba a escapar sin hacer lo que me obsesionaba desde que le eché el ojo. Me dejó el día jodido, teniendo que refugiarme en los amigotes.
Al primero que vi de confianza en “petit comité” se lo conté. Y me consoló… ¡ A mí me lo vas a decir! Si tengo a una tía que está buenísima y voy a comprarme Viagra por que ni chapándomela se me empina!
No es que me consolara la historia del amigo, pero como es natural nos comprendimos mutuamente y salieron las conversaciones de los cincuentones… Claro, es que no es como antes, y nos salieron las hombradas que en otras épocas todos contamos. como cuando el tema sexo era como “coser y cantar”
Por imperativo de la edad y proceso biológico, estoy pensando en ir preparado para una nueva cita en la moza de marras en plan Pastilleytor. ¡ Por que a mí, esa no se me va a escapar!.
Y yo que pensaba que el hombre nunca es viejo pa eso… No con la intensidad de la edad del soldado, pero si con la calidad del veterano con la experiencia de saber tratar a una dama en ese acto. Estoy pensando que esa teoría de que el hombre siempre funciona es errónea.
Me rondó por la cabeza, cuando dando caña con los amigotes sobre el tema de la singadera, surge la frasecita…
¡ Tú ni con Viagra jajaja!
Razonablemente debo de empezar a ir con más preparación en sucesivas citas para ver de salir airoso en esos lances… Mi seguridad de macho hasta ahora, la voy a dejar aparcada, he ir pensando en eso que cuando lo nombran los amigotes llamado Viagra, pase a formar parte de mi equipaje.
Y por si me faltaba algo, son casi las siete de la mañana y mi gata como comprendiéndome, la tengo encima de mi hombro izquierdo ronroneando mientras escribo está mi momentánea derrota amorosa. ¡Y la muy puta me ha dejado un arañazo de cojones en el cuello al saltar caprichosamente sin avisar!
Disculpen, voy a ponerme agua oxigenada. Usteden saben lo que es eso, No quiero posponer la cita porque esa jeva se lo meto aunque me muera en el intento. Vengo ya asi es que esperen el desenlace.
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