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sábado, noviembre 11, 2006

Dominicanos en el cielo

El arcángel Gabriel va a ver a San Pedro y le dice: Tengo que hablar contigo. Hay Dominicanos aquí que están causando muchos problemas...
A ver, empiézame a contar-- dice San Pedro. Mira, se subieron en la reja de la entrada y se están meciendo sobre ella como si fuera un columpio; mi trompeta ha desaparecido misteriosamente, aunque acada rato la oigo sonar en la lejanía con un ritmo pegajoso, pero demasiado alborotado. Además, tienen las túnicas salpicadas de arroz conhabichuela y café con leche; han subido a sus perros en las carrozas celestiales y los alimentan consalami; se han quitado las aureolas y andan con gorras de peloteros o sombreros de pajilla. No quieren barrer las escaleras del cielo y se ponen a bailar con las escobas; el suelo de la cocina está lleno de semillas de china, salpicaduras de frito y cascara de mango.Y, como si fuera poco, están organizando peleas de gallos en las nubes y andan volando por ahí con una sola ala y diciendo: "¡Me la comí, tigre, si muevo el ala rápidamente vuelo como un colibrí, vaya, soy uncaballo Ah, y los que puse a cantar en el coro se la pasan gritando "¡Pero con coco...!" y repiten un estribillo raro: "Alegria, eh eh, alegria ".

Tras oír pacientemente al angel, San Pedro contestó:
Los Dominicanos son Dominicanos, Gabriel, y eso no se puede remediar. El cielo es el hogar de todos, con sus defectos y virtudes.
Pero si quieres enterarte de loque son problemas graves, llama al diablo y verás una realidad muy distinta.

Gabriel va hasta el teléfono y llama al diablo.
Oigo-- contesta Satanás. Hola, soy yo Gabriel, es que quería... Coño, espérate un minuto, man -- interrumpe el diablo y tira el teléfono. Al cabo de unos segundos regresa. --"Bueno, aquí estoy de nuevo, ¿qué puedo hacer por ti?-- ¿Estás teniendo algún problema con los Dominicanos que recibiste enel infierno?-- indaga Gabriel. Anda pa mi, espérate un minuto, ahora mismo tecontesto, perotengo que chequear algo-- dice Satanás y sale corriendo. Perdona la demora, Gabriel. ¿Qué fue lo que mepreguntaste?-- pregunta el diablo cinco minutos después. Que si estás teniendo problemas con los Dominicanos que llegaron al infierno?-- repite Gabriel. Pero, ¿Cómo e la vaina caballero?-- grita el diablo exasperado--. Espera, enseguida estoy contigo. Satanás suelta el teléfono y regresa a los 15 minutos jadeando. Oye Gabriel, perdona, pero no te puedo atender ahora. Imagínate que estos malditicos Dominicanos han apagado el fuego del infierno y están tratando de instalar un aire acondicionado!